La colección, que podría contar con hasta 10,000 NFTs, ofrece todo un ecosistema basado en arte. Sin embargo, el rápido ascenso en su precio le ha valido las críticas de la comunidad.

Art Gobblers, el nuevo proyecto del co-creador de Rick and Morty, Justin Roiland, y la firma Web3 Paradigm, ha sorprendido al mundo de NFT, pues en su primer día, alcanzó un volumen de operaciones de 7.426 ETH (casi $12 millones de dólares) en OpenSea.
Según NFTstatistics.eth, el proyecto, cuyo costo base es de 12,5 ETH, se coló en la lista de los 10 principales, por volumen total de ETH en octubre, tan solo una hora después de la acuñación.

Las novedades que ofrece el proyecto, el gran éxito obtenido en pocas horas y la controversia en torno a su proceso de acceso a la lista blanca, lo han convertido en un punto de referencia para la conversación y el debate en Twitter. Aquí te contamos los detalles.
¿Qué es Art Gobblers NFT?
El equipo detrás de Art Gobblers, describe al proyecto como una “fábrica de arte experimental descentralizada” desarrollada por Justin Roiland y Paradigm. La dinámica del proyecto gira en torno a los NFT de Art Gobblers y el token GOO.
Básicamente, la colección consta de 10,000 tokens, 1.700 de ellos se distribuyeron de manera gratuita entre los clientes de la lista blanca, y 300 más se retuvieron para ser distribuidos entre los socios del proyecto. La empresa planea acuñar los 8,000 NFT adicionales durante los próximos 10 años.
Art Gobblers nos presenta algunas novedades en su ecosistema NFT. La esencia es que Art Gobblers tiene la misión de crear un miniecosistema NFT autosuficiente que pueda florecer por sí mismo. Procedimiento que se describe a detalle en el libro blanco del proyecto.

Los Gobblers NFT de “Gobble Art” comen el arte que dibujan los artistas utilizando la herramienta de dibujo. Estos dibujos se convierten en 1 de 1 NFT que utilizan los mismos recursos del proyecto.
El total de las obras que come un Gobbler se guarda en la cadena de bloques y se mostrará permanentemente en su “galería de vientre”. Estos NFT generados a partir de dibujos son tokens ERC721 y pertenecerán a los artistas que los fabrican, lo que significa que estos últimos podrán vender o transferir sus creaciones en cualquier momento.

Los NFT de Gobbler también producen tokens Goo, que se utilizan para acuñar páginas en blanco, las cuales se utilizan para hacer el arte que consumen. Cuanto más Goo tenga un Gobbler en su “tanque”, más Goo podrá acuñar.
Este token fue diseñado para desarrollarse indefinidamente, por lo que resulta imposible para el ecosistema, ajustarse otorgando costos fijos a los NFT en Goo. A fin de cuentas, el grupo de Paradigm ha desarrollado un protocolo llamado V-R-G-D-A, una especie de subasta holandesa que cambia los costos después de un tiempo, elevándolos cuando las transacciones son constantes y reduciéndolos cuando estas bajan.
El grupo Art Gobblers configuró el ecosistema para acuñar 69 páginas en blanco cada día, impulsando así la experimentación artística entre la comunidad; sin embargo, esta cifra será reducida a 10 unidades por día para garantizar que las personas se concentren en hacer arte en las páginas en blanco.
De este modo, el transcurso de la década siguiente, los “jugadores”, como los llama el documento técnico, deberán gastar Goo para acuñar 8000 Gobblers restantes.
Adicionalmente existen 10 Gobblers legendarios 1 de 1, que las personas pueden obtener quemando grandes cantidades de los NFT de Gobbler normales, lo que respalda el esfuerzo coordinado en toda la comunidad.

La polémica detrás del proyecto
El lanzamiento no estuvo libre de polémica, pues al poco tiempo de comenzada la venta, los NFT alcanzaron valores muy altos a través de los mercados secundarios, con el NFT más económico disponible en este momento registrado por 14.5 ETH, (alrededor de 22,850 dólares). Incluso una pieza se vendió por casi 138,000 dólares en ETH el lunes por la noche.
Y en medio del aumento exponencial en las ventas secundarias, se revelaron en Twitter listas de tweets compartidos por creadores de contenido y personalidades, quienes mostraban haber podido acuñar alguno de los NFT. La respuesta de la comunidad fue en gran medida negativa, y algunos usuarios aseguraron que reflejaba los enormes beneficios obtenidos por los influencers que poseen una gran audiencia.
En la lista se incluyeron personajes muy populares en Twitter, como el cofundador de Rug Radio, Farokh Sarmad, el coleccionista y creador seudónimo Fxnction, el presentador frecuente de Twitter Spaces y cofundador de Devotion, Andrew Wang, y el influencer seudónimo y creador de contenido Zeneca.
Esta no es la primera vez que se culpa a los coleccionistas o creadores de algún proyecto, por intercambiar información sobre la publicidad y promoción de NFTs con gran potencial. Con frecuencia, cuando se lanza un proyecto NFT y los costos se disparan, los usuarios de Twitter identifican rápidamente a los influencers que accedieron a la lista blanca, especialmente si estos venden de inmediato.
Generalmente, dichas acusaciones no están respaldadas por pruebas. Sin embargo, esto ha logrado aumentar la percepción de que los influencers estarían usando su poder mediático para beneficiarse de nuevos lanzamientos. La polémica alrededor de Art Gobblers es un claro ejemplo de ello.
Por otro lado, la Comisión Federal de Comercio (FTC) de los EE.UU., indica que los influencers están obligados a revelar cualquier publicidad pagada. Por lo que las celebridades e influencers relacionadas con este tipo de proyectos están sujetos a un mayor escrutinio por parte del regulador, además de la imposición de posibles castigos derivados de faltas, como la cometida recientemente por Kim Kardashian, que le valió una multa y restricción por parte de la SEC.
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